"Dame la
mano, apriétala suavemente para cruzar al otro lado y no tendré miedo nunca
más. Quiero sentir tus huellas buscar mis cicatrices, que me sorprenda tu brazo
al buscar mi calor.
Yo
sujetaré con mi otra mano un cucurucho de castañas asadas, pero por favor, no
tengas miedo tú también y dame la mano, como se dan las esperanzas.
Vamos,
está aquí a tu lado. Deja de mirar alrededor, qué más da quién te conozca, y
confirma con la mano lo que dicen esos ojos.
Coge esa mano, y nunca la echarás
de menos."
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