Es raro de encontrar, pero a veces uno tiene la suerte de toparse con ese tipo de personas que, tras muchos años, aparecen con la sencillez en la palabra y el corazón en la mano para aliviar el peso que tú me diste. Es como si estuvieran agazapadas, y cuando se va el sol aparecen para aportar un poco de calor que compense la llegada de la noche. Son personas que parece que se unen por una suerte de hilos invisibles que son siempre más fuertes de lo que se piensa.
Ah, y que saben de nudos más de lo que siempre creí.
lunes, julio 30, 2012
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