
Acostumbrado como estoy a la débil luz de un mundo cada vez más oscuro, es normal que me deslumbre el brillo de un diamante.
Botsuana, 28 de octubre del 2005: El Tribunal Superior dictamina que el gobierno debe permitir al bosquimano Amogolang Segootsane y a su familia volver a su tierra en la Reserva de Caza del Kalahari Central. También debe devolverle sus cabras y permitirle llevar agua a la reserva.
Cientos de bosquimanos habían hasta ahora sido desterrados por parte del gobierno de las tierras en las que siempre había vivido la tribu más antigua del planeta. Y es que en estas tierras se descubrió hacia los años 80 cierta potencialidad para extraer diamante. Desde aquella, la persecución de la tribu ha sido implacable. Quema de chozas, destrucción de pozos de agua, amenazas y toda suerte de recursos sutiles al más puro estilo...acostumbrado.
Segootsane denunció su caso después de haber sido advertido de que no volviese a su hogar en la reserva. El Gobierno cerró la reserva en septiembre y se llevó las cabras de los bosquimanos, ya que, según consideró, estaban enfermas. Otro bosquimano, Tshatlha Ntwayamogala, sufrió las presiones en el mismo mes de octubre de este año y declaró al Telegraph: "Nos dijeron: 'Si os vais de aquí, es voluntariamente'. Así que nosotros dijimos: 'Si es voluntariamente, no queremos irnos'. Comenzaron a amenazarnos. Nos dijeron que si nos quedábamos acabarían matándonos. Uno de los policías dijo: 'Si no os vais, os mataremos a todos'. "
Después de las expulsiones masivas que se produjeron en el 2002, el gobierno licitó varias concesiones mineras, gran parte de las cuales fueron a parar a De Beers, la grande de los diamantes. Tras esta acción, el director de De Beers en Botsuana había apaludido la expulsión de bosquimanos en esos territorios. Hoy en día, De Beers niega toda vinculación del problema bosquimano con las explotaciones mineras, y acusa a Survival International de dirigir campañas de desprestigio infundadas. A las invitaciones de Survival International de sumarse a las reivindicaciones bosquimanas para despejar las dudas de quién está detrás de las expulsiones, De Beers replicó que no participa en campañas ni políticas a favor de pueblos indígenas en particular, sino en campañas a favor del pueblo africano en general. Argumenta que participar en este tipo de campañas y "aislar" indígenas en sus tierras ancestrales alberga cierto paralelismo con una política de "apartheid" de la que se manifiesta totalmente en contra. Lo que da que pensar es por qué en África opina que los indígenas deben salir de sus tierras para integrarse (o ser más bien absorbidos por la sociedad) y en Australia apoya campañas y políticas en favor de los derechos indígenas que van en un sentido totalmente contrario. Aparte, los bosquimanos que han sido trasladados en la campaña que De Beers apaludió, están siendo invadidios por un sentimiento de depresión que ha hecho crecer el alcoholismo entre sus miembros de una manera desmesurada. Pero todo sea porque no se sientan marginados. Y si de paso cae una concesión, pues bueno hombre no te voy a hacer el feo de decir que no. Yo creo que si no se han movido de allí en 20.000 años, será porque están a gusto.
Por cierto que uno de los pilares en los que De Beers se basa para demostrar que lucha por los intereses de África son sus campañas anti-SIDA. Hasta son una de sus noticias estrell en la web. Lo que no veo tan claro es el resultado que da la campaña anti-SIDA de estos mozalbetes desinteresados, pues ya afirmó en el Fórum el doctor Germán Velásquez, coordinador del programa de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS): "De los 30 millones de infectados por el virus del SIDA que viven en el África subsahariana, apenas 27.000 personas están en tratamiento. En todos los países en desarrollo, sólo 300.000 enfermos los reciben. Esos estados necesitan justicia, fármacos de bajo coste, y no caridad. No hay que ser ingenuos, la industria invierte en fundaciones para proteger su imagen porque se ha abierto un debate ético sobre el coste de sus fármacos, pero el objetivo es proteger el mercado".
Qué extraño que en una multinacional, tan acostumbradas a trabajar por objetivos en cifras, estos resultados les parezcan como para sacar pecho y lucir medalla. Será que trabajan a largo plazo. Dentro de diez años podrán decir: "Nuestras campañas han ayudado a que hoy en día esté tratada con fármacos el cien por cien de la población africana afectada de SIDA". Y serán 27.000.
"No tengan la menor duda: estamos preocupados por el SIDA dentro mismo de nuestra Casa Blanca".
G.W. Bush. Washington, 7 de febrero del 2001.
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