viernes, diciembre 28, 2012

Torbellino


Era todo por sus pequeñas manías. Sus miedos, sus temores. Su manera de cambiarme el día, sus sonrisas. Sus entradas y salidas, su sencillez para hacer crecer lo pequeño, su maña con los colores. Su ilusión. Sus decisiones. Su modo de ver las cosas. Sus enojos. Sus dudas, mis ideas. Mis dudas, su apoyo. Sus secretos, mi oído. Su interés, mis capas. Nuestros cafés. Sus nudos, mis dedos. Sus aficiones, mis intenciones, nuestras tardes. Sus ganas, mi torpeza, nuestras risas. Sus sentidos, mi plastilina, nuestros secretos. Todas nuestras cosas, nuestros días.

Su facilidad para meter su vida tan dentro en la mía, y revolver hasta los pronombres.

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