Hay
cosas que no se pueden comprar, ni adquirir ni simular. Por muchos sitios donde
se haya estado, por muchos libros que se hayan leído. No importa los idiomas
que hables, los lugares que conoces.
Da
igual las capas de pintura que le pongas encima, no importa lo caro que sea el
barniz con que lo recubras.
La
madera, cualquiera que tengas, viene de serie. Y no es por nada, pero la
madera es lo único que importa.
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