domingo, septiembre 30, 2012

Metamorfosis (2)


No sé pero quizá tenía mucho más sentido del que parecía, lo que es seguro es que aquel regalo prendió, y creció. Ahora lo miro, lo mimo, lo rimo todos los días porque escribo a su lado mientras no para de hacerse más grande, contradiciendo a todos aquellos empeñados en que el rescate está en el olvido y en el tiempo la cura de lo que ven como un mal y que no es un mal sino una bendición. Crece al sol protegido por un cristal entreabierto decorado con una pegatina, saludando a la luz y buscando su brillo. Crece insolente, descarado y sin miedos como un poema de colegio.

Qué curioso, qué bonito que a mi lado prosperen unos pequeños brotes de hierbas aromáticas.

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