De esas cosas pequeñas, cotidianas, de andar por casa, es de donde surgen las olas. Eso es lo que hay detrás de las palabras tranquilas y de los oídos que las acogen.
Y da igual si hablan de licencias, de la tozudez de las burras viejas, del color verde, de Dylan-Cohen. Lo importante es que fluyan como ondas que son, o sea olas. Y nunca hay dos iguales, y las que no se hayan visto no van a volver. Que lo bonito también está en compartir lo cotidiano, lo sencillo, lo pequeño. Eso es lo que va trazando hilos. Mareas. Arrugas.
martes, julio 09, 2013
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