Aquella
tarde volvimos a recordar cómo se aprovechaban 10', y cómo es de fácil que se
adelante el reloj a las ganas. Estar donde quieres estar, y todo lo demás
parece que se para menos el tiempo. Porque sabes hablar y yo no perdí la manera
de escucharte. Porque hace falta muy poco para encontrarse a gusto. Una
conexión invisible, un poco de magia, y esa tranquilidad.
¡Qué
suerte!
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