Lo que
tenemos no se consigue ensayando, no se enseña, no se aprende. Quizá por eso en
mí encontraste oídos para tus secretos, brazos que formaban un refugio. Quizá
por eso yo encontré las llaves que ni siquiera sabía que existían, y palabras
que eran como sacacorchos. Día a día tu ilusión desbordaba mi imaginación. Eso
no pasa con todo el mundo, porque sí. Por muchas ganas que pongas. Porque hay
muchos caminos para ser feliz. Pero incluso en la felicidad hay grados.
Aunque
también es posible que me equivoque del todo, pero eso sólo lo puedes saber tú.
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