lunes, marzo 20, 2006

Parece que Rusia mantiene sus fichas en lo que podría denominarse nueva subguerra fría.
Como todas las previsiones apuntaban, es muy posible que Lukashenko siga siendo el presidente de Belarús durante otro mandato. Al parecer los gritos de protesta que dirigían sus críticas y dudas hacia la limpieza y justicia de los comicios se han juntado en la plaza de Octubre de Minsk, donde alrededor de 10.000 personas escuchaban al líder de la oposición, Alexander Milinkevich, pedir "elecciones justas y honestas, sin trampas. Nosotros ya logramos una victoria colosal. La gente superó el miedo. Nuestro objetivo es una votación nueva y justa."
Por otra parte, Rusia dudó públicamente de la parcialidad de la participación de la OSCE en Belarús, afirmando por boca de Gregori Karasin que "es parcial con respecto a los comicios bielorrusos" y que "emite una opinión negativa sin razón" sobre la situación en el país. Rusia se mantiene firme al lado de su protegido, con el que "en los asuntos más importantes estamos de acuerdo" según el alcalde de Moscú Yuriy Luzkov.
El control por las áreas de influencia de transporte de mercancías estratégicas entre el eje ruso-chino y el estadounidense sale a flote de nuevo en otros comicios marcados por la duda por una de las partes. A día de hoy la partida de ajedrez puede parecer satisfactoria para los dos jugadores; estados unidos parece tener definidas sus dos líneas de abastecimiento y transporte de Oriente a Europa, ruso-china crea su red de doble sentido de intercambio. El interés desinteresado en civilizar Irán por parte de los usa podría terminar por desajustar la balanza. Es por ello que exista una alta probabilidad de que ruso-china frene desde el consejo de seguridad de la onu cualquier resolución que haga peligrar su influencia actual en la zona.
En una guerra por zonas de influencia cada vez más clara, las declaraciones empiezan a hacer cada vez más evidentes los motivos reales que impulsan las acciones de ambos lados. La apuesta rusa por ejercer un contrapeso de puñalada y sonrisa, de palmadita y cuernos, a la política exterior estadounidense es fuerte. Y para ello se necesita de todos los socios posibles. Así, el ministro de exteriores ruso Serguei Lavrov decía tras renuirse con su colega bielorruso hace menos de un mes: "Hemos tratado las relaciones que desarrollan nuestros países con los socios occidentales en el contexto de la formación de un estable ordenamiento mundial en interés de todos los Estados del mundo". Toda una perla antiglobalización (estadounidense).
"Fíjense, las naciones libres son naciones pacíficas, las naciones libres no se atacan. Las naciones libres no fabrican armas de destrucción masiva". G. W. Bush, Milwaukee, 3 de octubre de 2003.

1 comentario:

xabel diz dijo...

de verdá crees que nel mapa la bandera de rusia ta bien puesta na india, na china o en mongolia?
un abrazu y a ver si escribimos más.